lunes, 8 de marzo de 2010

Amores perros.

SUR.es

'Dulcinea' ha velado durante quince días a su compañero atropellado en una cuneta de Segovia ante el pasmo de los conductores



08.03.10 - MIRIAM SAINZ
MADRID.




'Dulcinea' no se separó de su amado hasta que recibió los dardos tranquilizantes.







La protagonista de esta historia se llama 'Dulcinea', como la dama que conquistó el hidalgo corazón de Don Quijote. A diferencia del amor platónico del caballero manchego, nuestro personaje es tan real como el tierno y desgarrador suceso que vivió en sus propias carnes.

'Dulcinea', una perra de color blanco y gris, mestiza, de aproximadamente un año de edad, ha estado más de quince días jugándose la vida a diario en una cuneta de la carretera que une Ávila y El Espinar (Segovia). Esquivaba coches, camiones y a cualquiera que se acercara para prestarle ayuda. Y es que, para ella, no había mayor tragedia que la que había sufrido días atrás. 'Dulcinea' no deambulaba por la calzada por gusto. Protegía, poniendo su propia existencia en peligro, al que había sido su compañero, un can de color canela que yacía en la cuneta tras ser atropellado por uno de los cientos de vehículos que transitan por la carretera a diario.

Los conductores que asiduamente pasaban por el punto en que 'Dulcinea' velaba a su amor intentaron en más de una ocasión llamar a la perra para evitar que le ocurriera lo mismo que a su compañero. Sin embargo, el sentimiento de 'Dulcinea' era tan fuerte que se negaba a dejar el lugar en el que su amado permanecía inmóvil. Cuando alguien se acercaba, el can, asustado, huía, pero su dependencia era tan fuerte que siempre volvía al punto trágico, porque, despegarse de él era aceptar que ya no estaba.

Al comprobar el peligro que la perra corría, varias personas llamaron a El Refugio (Asociación Protectora de Animales) con la intención de que los voluntarios tuvieran más medios para sacar a la perra de la situación en la que se encontraba. Sin embargo, la primera vez que la asociación se personó en la cuneta con la firme intención de sacar a 'Dulcinea' de los peligros del tráfico esquivó los dardos tranquilizadores y fue imposible acercarse a ella.

Pero no se dieron por vencidos. Conociendo la fidelidad que caracteriza a los canes, al día siguiente se acercaron al mismo lugar con la seguridad de que la perra seguiría vigilando a su amigo atropellado. Esta vez, los dardos no fallaron y el can fue atrapado por los voluntarios, que lo llevaron a El Refugio. El presidente de la asociación, Nacho Paunero, que estuvo en todo momento presente, subraya que «en 2008, 3.000 perros fueron atropellados en las carreteras españolas».

Ante este escalofriante dato, los voluntarios de El Refugio recogieron a 'Dulcinea', una perra que ha tenido la suerte de no revivir el fatídico destino del can color canela, tras más de dos semanas vagando por amor.

Los que tanto se preocuparon por ella pueden descansar tranquilos. «Está en perfecto estado y ahora lo que queremos es encontrarle una familia que la adopte», reconoce Paunero. Eso sí, quien la acoja sabrá que tiene en 'Dulcinea' a uno de los personajes más reales y fieles de la historia.

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